TASIS Dorado
I Jornada de literatura y performance 30 de enero 2016
2. Quise sembrarme todas mis venas, Angelamaría Dávila
3. Tengo, Nicolás Guillén
4. Obituario, Pedro Pietri
5. Quemar las naves, Mario Benedetti
6. Calles y sueños. Ciudad sin sueño. Nocturno de Brooklyn Bridge” de Federico García Lorca
7. Lección de estética: el salto” Aurea María Sotomayor
8. Oda a la alcachofa, Pablo Neruda
2
AM. Es la hora del Oficio Nocturno, y la iglesia
en penumbra parece que está llena de demonios.
Esta es la hora de las tinieblas y de las fiestas.
La hora de mis parrandas. Y regresa mi pasado.
'Y mi pecado está siempre delante de mí'
Y mientras recitamos los salmos, mis recuerdos
interfieren el rezo como radios y como roconolas.
Vuelven viejas escenas de cine, pesadillas, horas
solas en hoteles, bailes, viajes, besos, bares.
Y surgen rostros olvidados. Cosas siniestras.
Somoza asesinado sale de su mausoleo. (Con
Sehón, rey de lo amorreos, y Org, rey de Basán).
Las luces del 'Copacabana' rielando en el agua negra
del malecón, que mana de las cloacas de Managua.
Conversaciones absurdas de noches de borrachera
que se repiten y se repiten como un disco rayado.
Y los gritos de las ruletas, y las roconolas.
'Y mi pecado está siempre delante de mí'
Es la hora en que brillan las luces de los burdeles
y las cantinas. La casa de Caifás está llena de gente.
Las luces del palacio de Somoza están prendidas.
Es la hora en que se reúnen los Consejos de Guerra
y los técnicos en torturas bajan a las prisiones.
La hora de los policías secretos y de los espías,
cuando los ladrones y los adúlteros rondan las casas
y se ocultan los cadáveres. Un bulto cae al agua.
Es la hora en que los moribundos entran en agonía
La hora del sudor en el huerto, y de las tentaciones.
Afuera los primeros pájaros cantan tristes,
llamando al sol. Es la hora de las tinieblas.
Y la iglesia está helada, como llena de demonios,
mientras seguimos en la noche recitando los salmos.
Lee todo en: El Oficio Nocturno - Poemas de Ernesto Cardenal http://www.poemas-del-alma.com/ernesto-cardenal-el-oficio-nocturno.htm#ixzz3xf42tjsY
en penumbra parece que está llena de demonios.
Esta es la hora de las tinieblas y de las fiestas.
La hora de mis parrandas. Y regresa mi pasado.
'Y mi pecado está siempre delante de mí'
Y mientras recitamos los salmos, mis recuerdos
interfieren el rezo como radios y como roconolas.
Vuelven viejas escenas de cine, pesadillas, horas
solas en hoteles, bailes, viajes, besos, bares.
Y surgen rostros olvidados. Cosas siniestras.
Somoza asesinado sale de su mausoleo. (Con
Sehón, rey de lo amorreos, y Org, rey de Basán).
Las luces del 'Copacabana' rielando en el agua negra
del malecón, que mana de las cloacas de Managua.
Conversaciones absurdas de noches de borrachera
que se repiten y se repiten como un disco rayado.
Y los gritos de las ruletas, y las roconolas.
'Y mi pecado está siempre delante de mí'
Es la hora en que brillan las luces de los burdeles
y las cantinas. La casa de Caifás está llena de gente.
Las luces del palacio de Somoza están prendidas.
Es la hora en que se reúnen los Consejos de Guerra
y los técnicos en torturas bajan a las prisiones.
La hora de los policías secretos y de los espías,
cuando los ladrones y los adúlteros rondan las casas
y se ocultan los cadáveres. Un bulto cae al agua.
Es la hora en que los moribundos entran en agonía
La hora del sudor en el huerto, y de las tentaciones.
Afuera los primeros pájaros cantan tristes,
llamando al sol. Es la hora de las tinieblas.
Y la iglesia está helada, como llena de demonios,
mientras seguimos en la noche recitando los salmos.
Lee todo en: El Oficio Nocturno - Poemas de Ernesto Cardenal http://www.poemas-del-alma.com/ernesto-cardenal-el-oficio-nocturno.htm#ixzz3xf42tjsY
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QUISE SEMBRARME TODAS MIS VENAS, de
Angelamaría Dávila
en la frente
y ensurcarlas feroces en todos mis
latidos
quise ser yo en mi sueno,
quise ser yo en mi viento,
quise volcarme toda en un torrente.
quise fugarme inmensa de fugas
escapantes,
quise nacerme nuevos conciertos
y agrandarme,
y me brotaron toscos, violentos,
rudos y amontonándose.
así estoy, espantada en mi siglo y mi
vena,
conciertos a montones y
amontonadamente,
ciudades como muertas de ruinas
inconclusas
y la muerte acechándome.
agitada en lo intacto, convulsa
con mis piedras,
recostada de insomne y ojera en mi
sonrisa,
recostada en la risa,
aferrada,
abismada en el borde de tantas
carcajadas.
así,
con mi destino fijo, convulso
y arteriado.
arteriado de sangre verde
y a borbotones,
con mis dolores rojos
y mis dolores agrios.
me llama a voz y a eco
la voz de tantos pinos.
me llaman alaridos, gritos
de flamboyanes:
el mar me tira ronco
de mis manos y brazos doloridos.
me llaman con voz vieja
voces de adentro, ancianas
de mis sueños inútiles.
aquí, frente al abismo
de siglos putrefactos,
frente a mis hondonadas.
aquí, frente a los llantos
de manos que se agitan.
frente a mí, con mi risa,
frente a mí con mis riscos
y mis llanos.
abriéndome a empujones senderos y
caminos
por todas mis arterias.
Homenaje al ombligo, 1966 José María Lima y Ángela María Dávila
###
“TENGO”-
Nicolás Guillén
Cuando me veo y toco
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
¡es un ejemplo¿
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero como se dice en español.
Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.
Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tennis y no yatch,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.
Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.
“OBITUARIO
DE PUERTO RICO” de Pedro Pietri
Trabajaron
Llegaron
siempre a tiempo
No
llegaron tarde nunca
Nunca
respondieron
cuando
los insultaron
Trabajaron
No
descansaron nunca
no
estaba en el calendario
Nunca
hicieron huelga
sin
autorización
Trabajaron
diez días a la semana
y
sólo recibieron el pago por cinco
Trabajaron
Trabajaron
Trabajaron
y
murieron
Murieron
pobres
Endeudados
Murieron
sin saber
cómo
luce la entrada principal
del
National City Bank
Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
Todos
murieron ayer hoy
y
morirán otra vez mañana
pasando
sus acreedores
a sus
próximas generaciones
Todos
murieron esperando
a que
el jardín del edén
se
abriera otra vez
bajo
una nueva administración
Todos
murieron
soñando
con América
despertándolos
en medio de la noche
gritándoles:
Mira Mira
Tu
nombre aparece en el boleto ganador de la lotería
Cien
mil dólares
Todos
murieron
odiando
los supermercados
que
les vendieron falso bistec
arroz
y frijoles a prueba de balas
Todos
murieron esperando soñando y odiando
Puertorriqueños
muertos
Quienes
nunca supieron que eran Puertorriqueños
Quienes
nunca tomaron un descanso para el café
desde
los diez mandamientos
Para
ASESINAR ASESINAR ASESINAR
a los
caseros de sus cráneos abiertos
y
comunicarse con su almas latinas
Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
de
las que calles nerviosas y rotas
donde
los ratones viven como millonarios
y la
gente no vive de ninguna manera
Están
muertos y nunca estuvieron vivos
Juan
murió
esperando ganar la lotería
Miguel
murió
esperando a que su cheque de asistencia social
llegara
una y otra vez
Milagros
murió
esperando que sus diez hijos crecieran
para
ya no trabajar y que la mantuvieran
Olga
murió
esperando por un aumento de cinco dólares
Manuel
murió
esperando que su supervisor cayera muerto de súbito
para
conseguir su promoción
Es un
largo trayecto
desde
el barrio latino de Harlem
al
cementerio de Long Island
donde
fueron cremados
Primero
el tren
y
luego el autobús
y
rebanadas de carne fría como desayuno
y las
flores que serán robadas
cuando
las horas de visita se terminan
Cuesta
muy caro
Cuesta
muy caro
Pero
ellos entienden
Sus
padres entendieron
Es un
largo trayecto sin ganancias
desde
el barrio latino de Harlem
al
cementerio de Long Island
Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
Todos
murieron ayer hoy
y
morirán otra vez mañana
Soñando
Soñando
en Queens
Limpia
podada blanca azucena vecindad
sin
puertorriqueños
Treinta
mil dólares por una casa
La
primera habitada por spics*
en la cuadra
Orgullosos
de pertenecer a una comunidad
de
gringos que los quieren linchar
Orgullosos
de sentirse lejos
De la
sagrada frase: Qué pasa
Estos
sueños
Sueños
vacíos
desde
los cuartos imaginarios
que
sus padres les dejaron
Son
los efectos secundarios
de
programas de televisión
acerca
de la familia ideal americana
con
sirvientas negras
y
limpiadores latinos
bien
entrenados
para
hacer a cada persona
y sus
acreedores
reírse
de ellos
y a
la gente que ellos representan
Juan
murió
soñando con un coche nuevo
Miguel
murió
soñando en programas para combatir la pobreza
Milagros
murió
soñando con un viaje a Puerto Rico
Olga
Murió
soñando con alhajas verdaderas
Manuel
Murió
soñando con ganar lotería instantánea
Todos
murieron
Como
muere un sandwich
En el
distrito de las maquiladoras
A las
doce en punto de la tarde
Números
de seguro social hechos cenizas
Deberes
de unión que desempolvar
Ellos
lo sabían
nacieron
para llorar
y
mantener a los muerteros ocupados
siempre
y cuando prometieran fidelidad
a la
bandera que los quiere arruinados
Vieron
su nombre en la lista
del
directorio telefónico de la destrucción
Fueron
entrenados para dar la otra mejilla
por
los periódicos
que
mal escribieron que mal pronunciaron
y mal
entendieron sus nombres
y celebraron
cuando la muerte vino
y se
robó su último boleto para la lavandería
Ellos
nacieron muertos
y
murieron muertos
Es
tiempo
de
visitar a la hermana López otra vez
la
mejor curandera
y
lectora de cartas
en el
barrio latino de Harlem
Ella
puede comunicarse
con
tus ancestros
por
un costo razonable
Las
buenas noticias son una garantía
Levántate
Mesa Levántate Mesa
la
muerte no es tonta y discapacitada
Aquellos
que te aman quieren saber
el
número correcto para poder jugar
Déjaselos
saber ahora mismo
Levántate
Mesa Levántate
la
muerte no es tonta y discapacitada
Ahora
que tus problemas acabaron
y el
peso del mundo no está en tus hombros
ayuda
a aquellos que dejaste atrás
encuentra
la tranquilidad financiera de tu mente
Levántate
Mesa Levántate Mesa
la
muerte no es tonta y discapacitada
Si
adivinamos el número correcto
Nuestros
problemas desaparecerán
y
visitaremos tu tumba
En
cada día de descanso marcado en el calendario
Aquellos
que te aman quieren saber
el
número correcto que deben jugar
Déjaselos
saber ahora mismo
Sabemos
que tu espíritu es capaz
La
muerte no es tonta y discapacitada
LÉVANTATE
MESA LÉVANTATE
Juan
Miguel
Milagros
Olga
Manuel
Todos
murieron ayer hoy
y
morirán otra vez mañana
Odiando
luchando robándose
el
uno al otro sus propias ventanas rotas
Practicando
una religión sin techo
El
viejo testamento
El
nuevo testamento
de
acuerdo con el evangelio
de
los ingresos internos
el
jurado el juez y el ejecutor
protector
y eterno cobrador de recibos
Mierda
de segunda mano en venta
aprende
a decir Cómo está Usted
y
harás una fortuna
Ellos
están muertos
Ellos
están muertos
y no
regresarán de la muerte
hasta
que terminen de negar
El
arte de su diálogo
de
las lecciones rotas de inglés
para
impresionar a los señores Goldsteins
que
los emplea
como
lavaplatos mensajeros porteros
empleados
de fábrica sirvientas empacadores cajeros
repartidores
asistentes carteros
asistentes
del asistente del asistente
del
asistente del asistente
del
lavaplatos y sonrisa automática de portero automático
por los
sueldos más bajos de todos los tiempos
y
rabias cuando demandas un aumento
porque
es en contra de las políticas de la compañía
promover
SPICS SPICS SPICS
Juan
murió
odiando a Miguel
porque
su carro usado
estaba
en mejores condiciones
que
el suyo
Miguel
murió
odiando a Milagros
porque
Milagros tenía una televisión de colores
y él
no tuvo lo suficiente para comprar una
Milagros
murió
odiando a Olga porque Olga ganaba
cinco
dólares más que ella en el mismo trabajo
Olga
murió
odiando a Miguel
porque
ganó la lotería más veces que ella
Manuel
murió
odiando a todos ellos
Juan
Miguel
Milagros
y
Olga
porque
todos ellos hablaron inglés con
mayor
fluidez que él
Y
ahora todos ellos están juntos
en el
vestidor principal de los desaparecidos
Adictos
al silencio
fuera
de los límites del viento
confinados
a la supremacía de los gusanos
del
cementerio de Long Island
Está
es la vida después de la muerte
que
la canasta protestante de limosna
anunciaba
orgullosa y sonora
Aquí descansa Juan
Aquí descansa Miguel
Aquí descansa Milagros
Aquí descansa Olga
Aquí descansa Manuel
quienes
murieron ayer hoy
y
morirán otra vez mañana
siempre
pobres
siempre
endeudados
sin
saber nunca
que
son gente bella
sin
saber nunca
la
geografía de su complexión
###
“Quemar las
naves” de Mario Benedetti
"El día o la noche en que por fin lleguemos
habrá que quemar las naves
pero antes habremos metido en ellas
nuestra arrogancia masoquista
nuestros escrúpulos blandengues
nuestros menosprecios por sutiles que sean
nuestra capacidad de ser menospreciados
nuestra falsa modestia y la dulce homilía
de la autoconmiseración
y no sólo eso
también habrá en las naves a quemar
hipopótamos de wall street
pingüinos de la otan
cocodrilos del vaticano
cisnes de buckingham palace
murciélagos de el pardo
y otros materiales inflamables
el día o la noche en que por fin lleguemos
habrá sin duda que quemar las naves
así nadie tendrá riesgo ni tentación de volver
es bueno que se sepa desde ahora
que no habrá posibilidad de remar nocturnamente
hasta otra orilla que no sea la nuestra
ya que será abolida para siempre
la libertad de preferir lo injusto
y en ese sólo aspecto
seremos más sectarios que dios padre
no obstante como nadie podrá negar
que aquel mundo arduamente derrotado
tuvo alguna vez rasgos dignos de mención
por no decir notables
habrá de todos modos un museo de nostalgias
donde se mostrará a las nuevas generaciones
cómo eran
parís
el whisky
claudia cardinale"
"El día o la noche en que por fin lleguemos
habrá que quemar las naves
pero antes habremos metido en ellas
nuestra arrogancia masoquista
nuestros escrúpulos blandengues
nuestros menosprecios por sutiles que sean
nuestra capacidad de ser menospreciados
nuestra falsa modestia y la dulce homilía
de la autoconmiseración
y no sólo eso
también habrá en las naves a quemar
hipopótamos de wall street
pingüinos de la otan
cocodrilos del vaticano
cisnes de buckingham palace
murciélagos de el pardo
y otros materiales inflamables
el día o la noche en que por fin lleguemos
habrá sin duda que quemar las naves
así nadie tendrá riesgo ni tentación de volver
es bueno que se sepa desde ahora
que no habrá posibilidad de remar nocturnamente
hasta otra orilla que no sea la nuestra
ya que será abolida para siempre
la libertad de preferir lo injusto
y en ese sólo aspecto
seremos más sectarios que dios padre
no obstante como nadie podrá negar
que aquel mundo arduamente derrotado
tuvo alguna vez rasgos dignos de mención
por no decir notables
habrá de todos modos un museo de nostalgias
donde se mostrará a las nuevas generaciones
cómo eran
parís
el whisky
claudia cardinale"
###
“CALLES Y SUEÑOS.
CIUDAD SIN SUEÑO. NOCTURNO DE BROOKLYN
BRIDGE” de Federico García Lorca
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.
No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.
Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.
Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.
###
“LECCIÓN DE ESTÉTICA: EL SALTO” Aurea María Sotomayor
El
desarrollo de esa flexibilidad se halla
en la
capacidad de la coyuntura para sostener cierto peso.
Así
también la voz, que sin el cuerpo no accede al espíritu.
Sin
ese umbral no hay voz,
sin el
cuerpo no se entra en la luz.
El
impacto del salto sobre el gozne es violento.
El
dolor se mitiga en el aire,
como
el rocío cuando disimula una lágrima
o
cuando un arcoiris descomunal eclipsa al alba.
La
intensidad resulta de la libertad que la desata.
Desde
afuera se mira difuminada la visión
por el
sonido de la música que la involucra en gasas
y
camuflagea, asistida por los compases,
el
fulgor con que el pie lamina el piso de madera
o la
voz hiere la barrera del sonido,
acumulando
en el regreso de la onda el impacto todo de aquel cuerpo.
El
espectador es abstraído del esfuerzo
por
milagro del marco que circunda su éxtasis.
Esa
distracción que lo sustrae del golpe
le
permite apreciar el esplendor:
cuando
el todo se hunde en el silencio de un mapa de estrellas.
Pero
las vendas sangran,
las
uñas se encarnan, el cuerpo duele,
los
ojos arden, la piel se agrieta,
las
manos tiemblan y el alma se desgasta.
La
voz,
hay
que esforzarse porque no se rompa en el extremo
de su
disciplina o su fervor, al borde de su opio.
En esa
pausa, en ese sueño obsceno donde quisiera entregarse a lo real,
una
herida coagula:
allí
donde se crea el arco
y se
empurpura el signo.
De un
lado, entonces,
el
desconsuelo con que imagino al viento
puliendo
un promontorio, así como se borran las sales de una piel.
Del otro,
el tiempo que toma contemplarlo.
###
La alcachofa
de tierno corazón
se vistió de guerrero,
erecta, construyó
una pequeña cúpula,
se mantuvo
impermeable
bajo
sus escamas,
a su lado
los vegetales locos
se encresparon,
se hicieron
zarcillos, espadañas,
bulbos conmovedores,
en el subsuelo
durmió la zanahoria
de bigotes rojos,
la viña
resecó los sarmientos
por donde sube el vino,
la col
se dedicó
a probarse faldas,
el orégano
a perfumar el mundo,
y la dulce
alcachofa
allí en el huerto,
vestida de guerrero,
bruñida
como una granada,
orgullosa,
y un día
una con otra
en grandes cestos
de mimbre, caminó
por el mercado
a realizar su sueño:
la milicia.
de tierno corazón
se vistió de guerrero,
erecta, construyó
una pequeña cúpula,
se mantuvo
impermeable
bajo
sus escamas,
a su lado
los vegetales locos
se encresparon,
se hicieron
zarcillos, espadañas,
bulbos conmovedores,
en el subsuelo
durmió la zanahoria
de bigotes rojos,
la viña
resecó los sarmientos
por donde sube el vino,
la col
se dedicó
a probarse faldas,
el orégano
a perfumar el mundo,
y la dulce
alcachofa
allí en el huerto,
vestida de guerrero,
bruñida
como una granada,
orgullosa,
y un día
una con otra
en grandes cestos
de mimbre, caminó
por el mercado
a realizar su sueño:
la milicia.
En hileras
nunca fue tan marcial
como en la feria,
los hombres
entre las legumbres
con sus camisas blancas
eran
mariscales
de las alcachofas,
las filas apretadas,
las voces de comando,
y la detonación
de una caja que cae,
pero
entonces
viene
María
con su cesto,
escoge
una alcachofa,
no le teme,
la examina, la observa
contra la luz como si fuera un huevo,
la compra,
la confunde
en su bolsa
con un par de zapatos,
con un repollo y una
botella
de vinagre
hasta
que entrando a la cocina
la sumerge en la olla.
nunca fue tan marcial
como en la feria,
los hombres
entre las legumbres
con sus camisas blancas
eran
mariscales
de las alcachofas,
las filas apretadas,
las voces de comando,
y la detonación
de una caja que cae,
pero
entonces
viene
María
con su cesto,
escoge
una alcachofa,
no le teme,
la examina, la observa
contra la luz como si fuera un huevo,
la compra,
la confunde
en su bolsa
con un par de zapatos,
con un repollo y una
botella
de vinagre
hasta
que entrando a la cocina
la sumerge en la olla.
Así termina
en paz
esta carrera
del vegetal armado
que se llama alcachofa,
luego
escama por escama
desvestimos
la delicia
y comemos
la pacífica pasta
de su corazón verde.
en paz
esta carrera
del vegetal armado
que se llama alcachofa,
luego
escama por escama
desvestimos
la delicia
y comemos
la pacífica pasta
de su corazón verde.
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